Este proyecto consistió en el desafío de diseñar una tipología donde las unidades son un híbrido entre una casa con todas sus comodidades y un departamento con su eficiencia de costos y mantenimiento futuro.

El resultado, cuatro casas de montaña que combinan lo mejor de ambos mundos implantadas en un bosque de especies nativas con impresionantes vistas a la ciudad.

El punto de partida fue un taller de diseño aplicando metodologías ágiles en el que participó el comitente y todo nuestro equipo. En una jornada desarrollamos los principios de diseño y conceptos generales que nos ayudaron a tomar buenas decisiones y encaminar muy bien el trabajo. Además, el hecho de incorporar integralmente al cliente y tener en cuenta un proyecto preexistente generó un alto grado de eficiencia en los resultados y el tiempo invertido.

Los principios que rigen el desarrollo en cuanto a la implantación son: que todos los ambientes principales tengan la mejor vista hacia la ciudad, que exista una equidad comercial entre las cuatro unidades en cuanto a su programa de usos, facilidad de acceso y valor, y lograr la mayor armonía posible con su contexto

Para incorporar estas premisas un gran aliado fue la fuerte pendiente del terreno hacia abajo. Lo que hicimos fue asignarle a cada unidad un piso independiente y al mismo tiempo generar un desfasaje en dos bloques semienterrados en la ladera. De esa manera logramos que desde la calle, la lectura fuese de similar escala al resto del barrio. dónde predominan en un 90% las viviendas individuales. Además, gracias a ese desfasaje generamos terrazas para expansión privadas con pileta en los dos niveles intermedios que no hubiesen existido en un planteo apilado tradicional.

Asimismo, el edificio se implantó rotado para facilitar que todos los ambientes principales y dormitorios esten orientados hacía la espectacular vista a la ciudad que ofrece el terreno.

Uno de los mayores desafíos que nos requirió elaborar e iterar múltiples soluciones junto al cliente hasta resolverlo, fue el de localizar las 8 cocheras en dos niveles de manera tal que se pueda ingresar a nivel a dos unidades y que solo haya un nivel de diferencia para las dos restantes. Gracias a eso también pudimos prescindir de un ascensor que hubiese aumentado considerablemente los costos de mantenimiento.

En relación a la expresión estética y formal, nos propusimos de generar una identidad moderna, atemporal y noble que además contribuyese a la búsqueda de armonizar con el entorno de casas individuales. Para eso, las operaciones consistieron en tratar cada bloque de dos pisos como una única entidad, generando por un lado una sensación de dobles alturas y por otro, tomando distancia de la expresión típica de los edificios en altura.

En cuanto a la materialidad, en el exterior predomina el hormigón visto encofrado con tablas tanto por su expresión, nobleza como por su fácil mantenimiento.

En conclusión, este proyecto plantea una tipología de vivienda super especial en la que la complejidad del programa como del terreno pudieron ser usadas como recursos de diseño.